JUBILEO
El 24 de octubre fue un día que la comunidad de Santo Domingo no va a olvidar fácilmente. A las 18:00, cruzamos juntos la Puerta Santa de la Catedral de Burgos para celebrar el Jubileo. ¡Allí estábamos un montón de gente de la parroquia, desde los más peques hasta los mayores!
Disfrutamos muchísimo celebrando la eucaristía, rezamos por las intenciones del Papa y cantamos el Himno del Jubileo. Algo nos pasó por dentro que nos inundó de alegría y agradecimiento, ¡fue un momento especial!
Después, Agustín Burgos, el sacerdote de la Catedral, nos llevó a descubrir rincones increíbles del lugar. En sus retablos vimos la ESPERANZA hecha imagen, como si las paredes nos contaran historias llenas de significado.
Y claro, para rematar el día, nos dividimos en grupos y nos fuimos a las chocolaterías (¡los más golosos estaban encantados!). Al final, no cabíamos todos juntos en un solo sitio, así que nos repartimos, pero eso no le quitó ni una pizca de magia al momento.
¡FELIZ JUBILEO!
Sensación de renovación interior
Muchas personas describen el Jubileo como un tiempo para “comenzar de nuevo”.
Viven momentos de introspección, reconciliación y deseo de cambio persona"
Alegría y esperanza renovadas
Participar en celebraciones jubilares, procesiones o peregrinaciones despierta sentimientos de:
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Comunión con otros,
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Gratitud,
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Fortaleza para seguir adelante
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Superación personal
Para algunos, la caminata o peregrinación hacia una puerta santa es una verdadera prueba física y emocional que fortalece:
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Perseverancia,
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Humildad,
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Capacidad de confiar.
Darme cuenta del amor de Dios en mi vida.
Volver a sentir la alegría de ser perdonado al vivir el sacramento de la reconciliación.
Decidirme a cambiar, para vivir con más calma, amor y gratitud.
Redescubrir mi propósito como un reflejo de misericordia en el mundo.
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